Mientras algunos municipios de la Zona Norte de Quintana Roo entienden que el deporte es política pública transformadora, otros han decidido jugar con la lógica del protagonismo, la improvisación o, peor aún, la indiferencia institucional.
Benito Juárez es ejemplo de fortaleza deportiva. Con avances notables en infraestructura, logros competitivos y deporte adaptado, Cancún mantiene el liderazgo regional. Sin embargo, la presidenta municipal Ana Paty Peralta, a pesar del músculo deportivo de su administración, mantiene una opacidad con medios especializados, lo que enturbia el relato de sus propios avances. Gobernar también es comunicar, y hoy la comunicación deportiva está excluida.
En contraste, Playa del Carmen brilla como modelo internacional. Bajo el mandato de Estefanía Mercado, el municipio ha recuperado espacios públicos, invierte 100 millones de pesos en infraestructura y albergando eventos de élite como el Tour Mundial de Voleibol de Playa Elite 16. La Riviera Maya encontró en ella a una gestora con visión global y arraigo local.
Puerto Morelos no se queda atrás. Con el liderazgo de Blanca Merari, el municipio se ha convertido en la capital nacional de las aguas abiertas, organizando eventos clasificatorios con impacto en la Olimpiada Nacional y certámenes internacionales. Aquí el deporte es también estrategia turística y de posicionamiento territorial.
Isla Mujeres, por su parte, apuesta por la base social del deporte. Con Atenea Gómez al frente, el municipio ha impulsado escuelitas en la ínsula y la zona continental, priorizando el semillero y el desarrollo a largo plazo. A veces, el mejor resultado no está en el podio, sino en el proceso.
Del otro lado de la cancha, Tulum muestra un error de cálculo político y deportivo. El alcalde Diego Castañón optó por el exfutbolista Moisés Muñoz para encabezar la Dirección de Juventud y Deportes, pero la falta de conocimiento del contexto local ha generado desconexión, críticas y rechazo ciudadano. La popularidad no sustituye la capacidad.
Finalmente, Cozumel vive en el silencio institucional. La gestión del edil José Luis Chacón carece de estrategia, resultados y diálogo. Sin apertura a medios ni comunicación de políticas deportivas, el deporte en la isla parece haber naufragado.
En esta radiografía del Caribe quintanarroense, queda claro que el deporte no es solo espectáculo, medallas o fotografías. Es identidad, inclusión, política pública, infraestructura y comunidad. En la Zona Norte, el marcador está abierto, pero los liderazgos están claramente divididos.
Pedro Torres
Director General de Revista Podio