Cancún, Quintana Roo.- Bajo el vibrante compás de una batucada, “El Diamante Negro”, Roberto Palazuelos, recorrió calles de la Región 76 de esta ciudad, saludando mano a mano a decenas de vecinos que salían de sus hogares para expresar sus simpatías y capturar el momento en fotografías.
Durante una reunión con la comunidad, el carismático candidato al Senado abordó un tema crucial: la creciente inseguridad en Quintana Roo y, particularmente, en Cancún.
Palazuelos destacó la preocupante magnitud del problema, señalando que los niveles de inseguridad han alcanzado cotas nunca antes vistas y, lejos de disminuir, continúan en ascenso.
En un tono directo, hizo eco del palpable hartazgo ciudadano, resaltando la queja común de que los políticos tradicionales aparecen solo en época electoral y desaparecen después, dejando a la población sin respuestas.
“En la última semana de enero, Quintana Roo se posicionó como la segunda entidad con más homicidios en un solo día, según el informe de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Federal”, subrayó el candidato mientras recorría las calles y tocaba puertas en la región 76, una colonia afectada por altos índices de criminalidad, según los propios residentes.
Con un enfoque centrado en la seguridad, Palazuelos se refirió a la sensación de olvido que experimentan los habitantes de la zona. “No es aceptable que vivan con miedo”, señaló, comprometiéndose a intervenir directamente en el tema desde el Senado si obtiene el respaldo electoral.
El candidato propuso una revisión exhaustiva al sistema penal acusatorio, argumentando que la actual aplicación deja mucho que desear y contribuye a los elevados índices de criminalidad que afectan al país y, en particular, a Quintana Roo.
Durante su recorrido, se observaron padres de familia acompañadas por sus hijos, quienes vitoreaban a Palazuelos en un ambiente característico de su estilo. El candidato de Movimiento Ciudadano regaló curiosas capas de “Super Palazuelos”, generando entusiasmo entre los niños que las lucieron con alegría a lo largo del trayecto.
Con porras, batucada, besos y abrazos, el evento electoral se transformó en una grata experiencia para la comunidad.